El museo Infanta Elena inaugura la muestra del pintor tomellosero Ángel Pintado

Contemplar la obra de Ángel Pintado es bucear desde los sentidos para sumergirte en su trazo vital, su realismo crudo y su amplia retrospectiva. El museo Virgen de las Viñas de rinde así tributo a la obra de Pintado en clave de repaso completo a su obra. Como apunta el Presidente de la bodega-Almazara, Rafael Torres, “ha sido muy difícil reunir esta muestra porque toda su obra está prácticamente ya vendida y eso ha llevado más trabajo”.

 

Nacido en 1955, Ángel Pintado evolucionó desde una pintura autodidacta en sus inicios a un dibujo más limpio y pincelada suelta, siendo capaz de plasmar la soledad existencial del ser humano en su senectud o la sórdida enfermedad en la estancia de un siquiátrico. Una soledad que se plasma inerte y vaga, pero real, en las vías muertas de los numerosos paisajes de trenes.

 

 

Rezuman las experiencias vitales del artista en toda su obra. El visitante no puede evitar su interés por el detalle concebido a trazo fino en algunos cuadros, los desnudos tangentes o la experiencia viajera en aquellas ciudades que más le han podido marcar; incluso desde los retratos más íntimos hasta los trazos más realistas tan fértiles a la escuela tomellosera, de la que prácticamente ningún pintor paisano puede librarse en su inspiración. El propio Ángel Pintado admite con cierta emoción que “contemplar su obra de todas éstas décadas en una misma sala es como un padre ante sus hijos. Algunos más feos otros más guapos, pero tenerlos todos cerca siempre es bonito”.

 

 

La comisaría de la exposición, Macarena Ruíz, señala que es una “exposición muy interesante porque Pintado es capaz de albergar y dominar prácticamente a los tres géneros eternos, que son bodegón, paisaje y figura”.

Es la propuesta cultural de la coooperativa tomellosera para la primavera con 70 obras de toda la obra del tomellosero.

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