El Consejo Regulador presenta sus vinos en la ciudad asturiana en plena campaña estival

Los vinos de La Mancha volvieron a seducir el paladar de Gijón, solo que en esta ocasión, con una diferencia. Comienzan a ser cada vez más conocidos entre el público asturiano, apreciando cada vez más lo que es un blanco airén o un tinto tempranillo. Y es que, por  tercera vez, el conocido Palacio de Revillagigedo acogió las catas y degustaciones de los vinos  manchegos en su promoción estival.

De esta manera, variedades como la blanca airén en su versión de vinos blancos jóvenes o la tinta tempranillo para vinos crianza o reservas fueron algunos de los puntos de mayor interés en el variado público que en la primera jornada, a pesar de la tarde gris cantábrica, no dudaron en disfrutar de los diferentes vinos. “Me han gustado bastante, y debo reconocer que La Mancha ha cambiado bastante”, fueron algunas de las conclusiones de los asistentes en la primera jornada en el patio trasero de la Colegiata de San Juan, también conocido como Palacio Revillagigedo.

Un evento de presentación realizado un año más, en colaboración con la fundación Cajastur Liberbank en las tierras de Don Pelayo.

 

 

Después de la buena acogida de los vinos manchegos en el verano de 2015 y 2016, las puertas del conocido Palacio de Gijón  se volvieron a abrir entrada libre hasta completar aforo. El Consejo Regulador continúa así incidiendo en la importancia de acercarse al público final en puntos como el norte peninsular donde aún no son tan conocidos como el centro y Levante peninsular.

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