Un plato recurrente que todos hemos visto en cualquier sitio son los pimientos del pico o piquillo, rellenos y/o gratinados. Pues bien, esos pimientos que trajo Colón y que los labradores fueron dando forma, especialmente los del Piquillo en Lodosa. Tal es su calidad y sabor que se encuentran bajo una Denominación de Origen.

Peculiaridad del pimiento triangular, de tamaño siempre parejo, asado ya sea con carbón o con gas, pero siempre en ausencia de absoluta agua, guarda todo su sabor y su aroma. Pocas delicias existen en este mundo que se le asemejen. Y los de la foto son de mis favoritos, receta algo improvisada con carne picada, salteada en verduritas muy picadas y un poco de picante.

Pueden servirse como plato o guarnición, incluso acompañando a un trozo de tortilla. Pero lo imprescindible es que tenga al lado una copa de vino. Ponle un buen vino de La Mancha y disfruta.

Maridaje

El maridaje del pimiento asado es muy fácil; cualquier vino a su correcta temperatura le puede ir bien. Manda más el momento y la compañía que el valor culinario, excepto cuando se encuentran elaborados con otros ingredientes, como, por ejemplo, cuando están rellenos de pescados o de marisco, napados con alguna salsa o gratinados.

En cualquier caso no te arriesgues, opta por un caldo de La Mancha. Recuerda que, dependiendo del vino elegido, el servicio variará notablemente en temperatura y tipo de copa. Los pasados por barrica necesitaran mayor temperatura y bouqué, mientras que los jóvenes deben servirse a temperaturas más frescas y en copas tipo Burdeos.

¡Prueba a maridarlo con diferentes vinos y encontrar tu sabor!

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