La estampa se repite en cualquier viñedo del planeta, ya sea La Mancha, Francia o en los países del Nuevo Mundo viticultor como Nueva Zelanda o Estados Unidos. Aunque pudiera parecer simple decoración o apreciada afición botánica, la presencia de rosales en los viñedos no responde a criterios estéticos ni florales, sino más bien orgánicos y biológicos, con una finalidad netamente preventiva.

Los rosales, como planta en sí, funcionan como verdaderos indicadores de la aparición de alguna anomalía fúngica en el viñedo.

Una de las enfermedades más temidas es el oídio. Un hongo parasitario formado sobre las hojas que resulta difícil de combatir cuando no se detecta a tiempo. Hay determinadas flores como las rosas que también son sensibles a estos ataques, presentando idénticos síntomas como las manchas en las hojas formadas por una red de filamentos blanquecinos y polvorientos.

rosales en la vid
Fuente: http://katamaniacos.com

 

Por ello, se plantan rosales a pie de hilo, en el viñedo, como señal de alarma. Si aquellos se viesen afectados, habría tiempo de atajar a tiempo la enfermedad.

Se trata de una técnica natural con respeto al hábitat que resulta eficaz sobretodo en la viticultura ecológica.

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Aparición de oídio en la vid. Fuente: VitiViniCultura.net

Orígenes

Hay quien emplaza la tradición a mediados del siglo XIX (un siglo, por cierto, de graves connotaciones para el estado sanitario del viñedo europeo como la filoxera).

Fue en concreto, en 1851 cuando se dice que el viñedo francés quedo reducido a la mínima existencia por la llegada de las esporas del hongo Oídium tuckeri, de procedencia británica.

Hasta la fecha, la viticultura gala se restringía a las cercanías de los centros monacales. Sería precisamente en torno a la abadía del Cister (en la actual zona de Borgoña), donde dieron con la tecla para la solución. Allí, durante los siglos anteriores, los monjes cistercienses habían innovado en los avances de la viticultura, exportando sus técnicas al resto de la cristiandad medieval.

Un control experimental de los viñedos les llevó a observar el comportamiento de los rosales similar a la vid en condiciones de afección fúngica.

Allí el recurso posterior con una buena aireación foliar de la planta, con una poda en verde de la misma, o tratamiento con azufre en condiciones más extremas.

Por ello, los rosales son aliados decorativos de gran utilidad en viñedos y plantaciones.

No obstante, conviene decir que las plantas situadas en zonas de excesiva umbría y mayores condiciones de humedad son extremadamente vulnerables a la llegada de hongos. Una buena y adecuada exposición al sol minimiza los riesgos.

Y desde luego si hay algo que no falta en La Mancha es…sol.

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