Prima hermana de la pasta filo, el kataifi es uno de los productos más conocidos de la repostería árabe. Aunque tiene un sabor neutro, que lo convierte en un alimento muy versátil. Sirve tanto para dulces y postres como para aperitivos y platos salados.

El kataifi tiene su origen en Palestina, concretamente en la ciudad de Nablus, desde la que se expandió hacia otros territorios palestinos y países vecinos, y en Grecia. Aun que también está muy presenten en la gastronomía egipcia.

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¿Cómo se prepara el Kataifi?

Solo se necesitan dos ingredientes para elaborar la pasta Kataifi: harina y agua. De la mezcla de los dos surge una pasta que debe deja caer en hilos finos sobre una planta giratoria caliente. Después, cuando los hilos ya están secos, se recogen en haces.

Variantes para todos los gustos

Hay tres maneras de hacer la masa

  • Khishnah: similar a los fideos largos finos.
  • Na’ama: pequeños trozos de sémola unidos entre ellos.
  • Mhayara: una mezcla de las dos anteriores.

Por otro lado, la forma en la que se elabora y sirve depende del país. Por ejemplo, en Turquía y en el Levante es muy popular tomar Ka’ket kanafeh, plato dulce, para desayunar y cenar. También es muy común el Kadaif, que suelen ser tubos dulces- puede hacerse de otras con otras formas- que se rellenan de frutos secos anteriormente troceados. 

Receta y maridaje

Muchos cocineros suelen atreverse con el karaif y hacer sus manjares más crujientes, dándole un toque a otros platos, como es el caso de unas vieiras rustidas que probé hace poco en La Mancha. Estaban envueltas en pasta kataifi y fritas, servidas con tinta de calamar a modo de decoración tal y como reza en la foto.

Este plato es posiblemente un entrante con mucho éxito. ¿Y por qué no ponerlo en sintonía con un vino de La Mancha? Encuentra en el vino blanco Airén o un rosado de Tempranillo a un gran aliado.

Pero, el triunfo gastronómico no se consigue sin un buen servicio del vino. Al ser vinos jovenes, ambos deberían ir servidos en una copa tipo Burdeos y, además, a baja temperatura. En el caso del blanco, lo ideal sería mantenerlo a unos 7ºC, mientras que el rosado encontrará la perfección en los 9ºC.

Así pues, estas estupendas Vieiras crujientes con kataifi y tinta de calamar serán un manjar digno del mismo Dionisos cuando sean servidas junto a un vino D.O. La Mancha.

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