
Oiga! este vino está muy frío! ¿qué hacemos?
Esto es muy poco común, el comentario sobre la temperatura suele ser al contrario, porque todavía y pese a la labor de información/formación de las D.O. y empresas interesadas en el correcto servicio del vino la temperatura de servicio deja mucho que desear en la mayoría de los casos, y si bien es cierto que algunos negocios no pueden costearse equipos más allá de la conservación, pero poniendo un poco de interés, se puede y se debe.
El vino muy frío no es lo peor, como la foto dice se arregla fácil el caso de una copa, pero para nada es recomendable porque ni olerá ni sabrá parecido a la realidad de un vino guardado y servido a su temperatura ó aproximada.
Cuando el frío es un problema es porque acorta los aromas del vino, acentúa la acidez y el tánico, además de no permitir saborear todo el gusto y textura del vino.
Como todo, esto es cuestión de gusto, allá cada uno, pero el que atiende y se encarga de comerciar vinos deberá conservarlos a una correcta y constante temperatura con una humedad suficiente, y a la hora de servirlos deberá atender a unas tablas comunes, además de los extras que puedan solicitarle, o que marque un criterio profesional.
Las temperaturas comunes de servicio, a grosso modo son:
- Blancos jóvenes y espumosos de 6º a 10 ºC
- Blancos con crianza y rosados jóvenes de 10º a 12ºC
- Tintos jóvenes y blancos dulces de 12º a 14ºC
- Tintos envejecidos en barrica y tradicionales de 14º a 16ºC
- Tintos tipo Crianza y Reserva 16º a 18ºC
- Tintos Gran Reserva y ancianos 18ºC
Me reitero que se debe anteponer el gusto del consumidor, y que esto es lo que cuenta como ideal de servicio, teniendo en cuenta que por norma la temperatura del vino en la copa asciende poco a poco hasta llegar a la ambiente, que rara vez está por debajo de los 22/25ºC-
Gastronómicamente vuestro
Salud y ¡mucha Mancha!