Hoy día las cosas han cambiado muchísimo. Tanto la D.O. como su Consejo Regulador y su Pliego de Condiciones han tenido que evolucionar enormemente durante las últimas décadas, siempre tratando de adaptarse a las constantes exigencias que llegaban desde los organismos europeos y a las nuevas reglas que marcaba la evolución del mercado del vino. Un mercado cada vez más global, mucho más exigente en cuanto a calidad y en el que la gestión comercial y el marketing son casi tan importantes como el propio vino.
Por tanto, ¿cuál es el trabajo que a día de hoy desarrolla la D.O. La Mancha? Se determina las variedades de uva utilizadas para la producción de los vinos, los rendimientos por hectárea, los procesos de elaboración de vino y sus características organolépticas, se vigila y se previene la comisión de fraudes, se trabaja intensamente en la promoción y proyección de nuestros vinos a nivel nacional e internacional, etc.
El otro pilar del Consejo está en la promoción de cultura del vino, de La Mancha, especialmente, abogando siempre desde un consumo responsable asociado a la gastronomía, y la Dieta Mediterránea dentro de los hábitos de vida saludable.
Por otra parte, nuestras bodegas también han sabido evolucionar durante estos años tanto como las que más, hasta situarse hoy día entre las más modernas del mundo, habiendo sido capaces nuestros bodegueros de aplicar a la producción de sus vinos el “coupage” entre artesanía y ciencia que cada vez más demandan los consumidores.
¿Y cuáles son las variedades que se pueden degustar bebiendo los vinos de nuestra DO? ¡Muchísimas! La diversificación varietal es una de los rasgos más llamativos de La Mancha. Las bondades climáticas y la amplitud de nuestro territorio nos permiten disfrutar de una riqueza varietal enorme, siendo posible obtener en La Mancha magníficos vinos no solo de variedades autóctonas sino, también, de gran número de variedades foráneas que encuentran en nuestro territorio el ambiente ideal para explotar toda su potencial.
Entre las blancas tenemos la clásica Airén –emblema de nuestra viticultura-, la Chardonnay, Gewürztraminer, Macabeo o Viura, Moscatel de grano menudo, Parellada, Pedro Ximénez, Riesling, Sauvignon Blanc, Torrontés, Verdejo y la Viognier.
Y entre las tintas tenemos las Bobal, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Cencibel o Tempranillo –nuestra uva tinta autóctona por excelencia y emblema de la viticultura española-, Garnacha tinta, Graciano, Malbec, Monastrell, Moravía dulce o Crujidera, Petit Verdot, Pinot Noir y Syrah.