Esta obra puede enmarcarse dentro del expresionismo ya que se pretende una deformación de la realidad aportando subjetividad. El cuadro representa un bodegón tradicional enmarcado en el realismo costumbrista, corriente principal en la trayectoria artística del autor. Esta obra es una interpretación cotidiana e intimista que define el estilo pictórico principal del que hemos hablado antes.
Si nos sumergimos en el cuadro, podemos leer una inscripción encima de la mesa “Vinos, quesos, frutas y dulces de La Mancha”. El autor capta nuestra atención con el color rojo, dirigiendo nuestra mirada a la botella de vino.