A la Antigua Roma, le debemos, no solo el derecho, la tradición de usos y costumbres, la asimilación de la cultura clásica o el legado propia de la viticultura (y por ende consumo de vino). También nuestro calendario (agrícola) se rige por aquel romano que delimita todavía nuestros ritmos festivos y estacionales.
Entrados en marzo, mes bisagra que despide el invierno, marzo debe su nombre al dios Marte. Una divinidad por el que el ejército consagraba sus campañas bélicas. Eran durante primeras semanas de marzo cuando el águila se desperezaba en los campamentos de invierno y entonces sus cohortes de legionarios volvían a enfundarse sus “lorica hamata” o cotas de malla para defender, ampliar o asentar los limes del imperio con nuevas campañas.
Unas fronteras que siempre se vigilaban con recelo al norte, donde los pueblos germanos no toleraban con agrado la pisada de las caligae (sandalias) latinas por sus frondosos bosques teutones. Un río respetado por su caudal como su extensión que desemboca en las aguas frías del norte, y que hoy sigue vertebrando, como entonces, las comunicaciones del viejo continente.
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Más allá del Rin
Con más de 1.200 kms de longitud, el Rin es la principal arteria de comunicación fluvial en el corazón de la Unión Europea. Sin embargo, durante la antigüedad, su existencia ha delimitado fronteras. Con el Imperio Romano, marcaba la fina y subjetiva distinción de civilización y barbarie, entre los pueblos germanos y el latín.
Después, no muy lejos de allí, Carlomagno instalaría la capital de su imperio en Aquisgrán en la Alta Edad Media. Asistimos al embrión del marco comunitario, caballo de litigio en las eternas luchas que han desangrado a la Vieja Europa durante siglos.
Recientemente, en la capital del estado alemán de la actual Renania del Norte-Westfalia, en Düsseldorf, se ha celebrado en este mes marzo, la feria referente para el sector del vino en Europa: Prowein.
Aunque se respira un cierto clima de incertidumbre económica en Alemania, de la que el vino no escapa en su consumo, lo cierto es que en esta pasada edición de Prowein 2024, a juzgar por aquellas fuentes de la propia organización “se logró difundir el optimismo en un mercado global del vino actualmente estancado.”
En datos, Prowein “registró 47.000 visitantes de 135 países y a 5.400 expositores de 65 países.”
Nuevas tendencias
A Prowein, en Düsseldorf, ciudad de la moda y tendencias más cool de Alemania, no solo acudieron todas las regiones vinícolas del mundo, también sirvió para palpar las tendencias del consumidor.
Una de ellas pasa por la sostenibilidad de los vinos. El vino orgánico juega una baza fundamental en el consumidor del futuro, y en este sentido, como ya se ha adelantado el Consejo Regulador con otras campañas, la integración del territorio y el respeto al entorno podrían formar los cimientos de desarrollo y crecimiento de los vinos de La Mancha en este siglo XXI.
Otras tendencias fueron aquellas relacionadas con el impacto del cambio climático con veranos más acusados de calor y los efectos de la sequía, “la llegada de la robótica y la IA al viñedo”, la resistencia de algunas variedades a las plagas o las alternativas de otros formatos para el embotellado de vino.
Calidad Diferenciada como garantía
En la última edición de Prowein, la Denominación de Origen La Mancha volvió en esta pasada edición a reafirmar su presencia en un la feria con una stand propio dentro del pabellón de vinos españoles.
El Consejo Regulador también participó dentro del stand del IPEX/Castilla-La Mancha, en el seminario sobre vinos castellanomanchegos dirigido por el sumiller experto en vinos de España, David Schwarzwalder.
Se cataron algunas de las variedades más representativas acogidas a la Denominación de Origen La Mancha como los blancos airén o los tintos tempranillo, muy apreciados por su expresividad frutal.
Fiabilidad y fidelidad del mercado alemán
La casualidad o el destino han querido, milenios después que sea Alemania el epicentro o punto de atracción del consumo de vino. Más allá del Rin, donde la cultura del mediterráneo centrara su atención con preocupación o recelo en el mundo clásico, es el paladar “bárbaro” ahora quien mantiene a flote las esperanzas del consumo mundial de vino, más aún después de ver la contracción del mercado asiático, donde China todavía no recupera el pulso previo a la pandemia con aquella demanda explosiva en 2019.
Para los vinos de La Mancha, Alemania se mantiene como el principal cliente en el exterior con 5.723.815 botellas importadas (0,75 cl) en 2023, y un incremento del 31,25% con respecto al año anterior
