El Progreso en Villarrubia de los Ojos y La Humildad, en El Toboso cumplen 100 años de vida
Dicen que en medio de las dificultades, surgen las mentes más lúcidas. 1917 es un año marcado en los anales de la historia. Europa se desangraba en las trincheras de la Gran Guerra, mientras en Moscú, la revolución bolchevique terminaba por enterrar las viejas estructuras del Antiguo Régimen zarista. En ese mismo año, Estados rompe su neutralidad (tras las víctimas civiles por hundimiento del Lusitania, torpeado por un submarino alemán) declarando la guerra a las potencias del Eje.
España, que venía de un saldo comercial positivo en su balanza comercial en la neutralidad de la I Guerra Mundial, por aquel entonces entra en la encrucijada vital que haría tambalearse los débiles cimientos de su sistema político. Desafíos políticos, sociales y hasta militares situarían a la sociedad española (muy castigada por la inflación) al límite.
La escalada de precios también se notaría en el campo, con una desigualdad en la rentas que abriría una brecha social entre campo-ciudad.
Fue entonces, cuando varios agricultores desafiaron al delicado contexto para unirse y crear diferentes sociedades cooperativas. Fue el caso de los padres fundadores de la cooperativa El Progreso, sumido en un año de recuerdos y celebraciones. El pasado mes de mayo más de 2.000 personas asistieron en sus instalaciones en Villarrubia de los Ojos al acto institucional del centenario. Se rindió homenaje a los 12 presidentes en los cien años de historia, siendo el propio Fernando Romay, conocido jugador de baloncesto, el embajador del acto. Asistieron también personalidades como la Ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina o el Presidente Autonómico, Emiliano García-Page, además de una nutrida representación de todo el sector agroalimentario.
2.300 agricultores, con más de 10.000 hectáreas de viñedo y una producción anual de 85 millones de kilos de uva sitúan a El Progreso en referencia directa del sector cooperativo. Su vocación comercial además le ha llevado a visitar diferentes mercados internacionales. No en vano, sus vitrinas suman más de 90 premios nacionales e internacionales logrados en los últimos años.
Tesón, Humildad y trabajo también definen a la cooperativa con el mismo nombre en El Toboso, corazón de La Mancha toledana. Sus 100 años de vida en el “compromiso rural” le han hecho merecedora de la Insignia de Oro por las Cooperativas Agroalimentarias. “Ha sabido trabajar y adaptarse a los tiempos mirando al futuro con compromiso”.
En este mes de agosto Bodegas Quiñón Rosales, más conocida como La Humildad, soplarán las cien velas de su aniversario, siendo el acto institucional, el pasado 23 de junio. En la actualidad, alcanzarán 800 socios tras una aventura que arrancara con 35 agricultores. Predomina la variedad airén en sus viñedos con más de 2.600 ha junto a la variedad tinta tempranillo (495 ha).
