El vino tranquiliza, amansa, suaviza y además estira…
– ¿¡estira!?
Si, la lengua, no es que digas más pero hablas con serenidad o euforia, depende el contexto, y enriquece la conversación, por eso digo que el vino favorece a las relaciones, como un terapeuta que arregla la comunicación, rompe el hielo y exalta la amistad.
La denominación de Origen La Mancha es una de las que tiene mucha historia, y conoce la repercusión de sus vinos en las tertulias, literatura, grandes escritores y reputados oradores e interpretes que, disfrutando de una copa de buen vino Manchego han dado el salto a la inmortalidad de la fama, el triunfo, el buen hacer del que hace las cosa bien, con serenidad y buen vivir, como el que sabe tomar con moderación los placeres de esta vida, entre ellos el Buen vino.
«Esta vida es demasiado corta para vinos malos y zapatos feos»
Leí por ahí y me parece un lema digno de seguir.
Hedonistamente vuestro
Salud y ¡mucha Mancha!
