Hace ya años que tengo una relación estrecha con la Alcachofa, mi Madre las cultiva en su huerto.
Esta prima del cardo tiene poca história por estos lares Manchegos, en el medievo no se la conocía, a Europa llegó de mano de Catalina de Médicis allá por el S. XV y tenía trato de cardo, personalidades de la época gustaban de comer el corazón de la flor.
Tiene cientos de usos medicinales, como diurético, tratamiento de la anemia, cálculos biliares, para tratar el hígado graso… Sus virtudes son, desde hace tiempo reconocidas y su utilización para cuajar la leche como flor de Cardo que es, hace que disfrutemos de otro tipo de fermento aparte del conocido de chivo. Enriquece la gastronomía, su licor, su paladar…. ese es el tema, su paladar hizo de pensar mucho a hosteleros que buscaban emparejar este manjar con un vino. No es tan dificil!
Algunos lo llaman el maridaje complejo, casar esta flor con un vino no es fácil por la mayor virtud que tiene, la Cinarina, un ácido que tiene la mayoría de las propiedades sanas del dichoso cardo, y además un sabor peculiar, muy suyo, que no pasa desapercibido y hace que ames a la Alcachofa o la aborrezcas. El Sumiller debe conocer bien los platos que sirvan en el Restorán que trabaje, y debe tener conocimientos suficientes de las bebidas que favorezcan sin achicarse.
Tengo muchas propuestas, pero con la mano en el corazón tiro de mi tierra que tiene tela, y en concreto la Denominación de Origen La Mancha puede dar gusto al paladar más exigente. Yo apuesto por los espumosos con larga crianza sobre lías, pero hay blancos con larga crianza que pueden dar en el clavo, y a los amantes del tinto es cuestión de Cabernets tradicionales y jugar con temperaturas bajas.
No quiero dejar de repetir, que para gustos, colores.
Gastronómicamente vuestro
Salud y #MuchaMancha
