La entrada en la primavera 2012 supone para nuestros viñedos manchegos el despertar del letargo invernal. Tras cinco meses de inactividad, la vid, empujada por el ascenso de temperaturas, comienza a poner en marcha su sistema circulatorio, de manera que empieza a absorber agua por las raíces, provocando un incremento de la presión en los vasos conductores de la savia, la cual buscará una salida natural al exterior, aprovechando las heridas existentes de los cortes de poda.

Éste fenómeno es conocido por el «lloro» de la vid y es el indicador de que la planta ha despertado y la brotación de las yemas será inminente. Ahora mismo, en los viñedos de la D.O. La Mancha, podremos comprobar como los pulgares de las cepas están humedecidos y rezuman algunas gotas de savia, como es el caso de ésta cepa que os muestro.

Éstas lágrimas son el inicio del nuevo ciclo vegetativo de la vid que culminará allá por los meses de agosto-septiembre con la recolección del fruto y la elaboración de los nuevos vinos de la cosecha 2012.

Y recuerda: «Las viñas también lloran».

@antonio_garrido

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