Vitis vinifera, la vid es un cultivo milenario legado a la Península Ibérica por influjo de las culturas clásicas del Mediterráneo. Fenicios, colonizaciones griegas y sobretodo, más tarde, la Antigua Roma, introdujeron el cultivo de la vid como elemento vertebrador y fundamental en la Dieta Mediterránea. Hoy día, la vid compone la famosa ‘triada mediterránea’ junto al cereal y el olivo.
La importancia de la vid también se percibe hasta en la lengua, donde se aprecia una similitud en la propia nomenclatura de la vid. Para ello, la siguiente infografía ilustra claramente cómo se
pronuncia ‘vid’ en otras lenguas.
Así, por ejemplo:
En Castellano además de vid, se la conoce como cepa, pareña, parra, parral, parriza, garrucha y viduño.
En catalán, lengua hermana derivada del latín, se la denomina cep, raïmera o vinya.
En gallego, estamos hablando de viñeira, parra o parreira
En alemán, se dan más diferencias, y se le llama edler, weinrebe o weinstock
En portugués, más parecido al castellano y también al gallego, sería cepa, parreira, vide, videvia y vinha.
En italiano, egrestone, vigna o vite
En francés, vigne