En los años 80, Zara (Inditex) revolucionó su sector con una innovación de carácter estratégico, que son esas innovaciones que tienen la «fea» costumbre de cambiar las reglas a todo el mundo. Hasta que aplicó su «just in time» (justo a tiempo), la moda estaba marcada por empresas de marcas conocidas y productos de alta calidad y precio, que una vez «pasadas de moda», se apolillaban en los armarios y forzaban a sus consumidores a volver a las tiendas con sus carteras llenas.

Zara creó las “colecciones vivas”, diseñadas, fabricadas, distribuidas y vendidas con la misma rapidez con que la volubilidad de los clientes modifican sus gustos. Y por supuesto, más baratas. Los precios propiciaron que unos productos considerados «de lujo», accesibles a unos pocos, llegaran y se popularizaran entre la clase media.

Zara y los caldos manchegos: la revolución de un sector

Una industria basada en la oferta pasó a estar basada en la demanda, y supuso un verdadero terremoto en un mercado dominado por las grandes firmas francesas e italianas (Dior, Chanel, Dolce Gabanna, Valentino, etc).

La revolución de Zara, que se estudia como caso de éxito en las principales universidades y escuelas de negocio de todo el mundo, llega ahora a los caldos de la DO La Mancha. Al contar con la mayor producción del mercado y abaratar sus procesos de forma eficiente, está revolucionando el mercado al extender la base de demanda de vinos de altísima calidad con precios populares a prueba de crisis.

Los vinos manchegos suponen a la cultura vitivinícola lo que el Zara de Amancio Ortega supuso a la moda: la revolución de los consumidores. ¿Es el vino de La Mancha el Zara de los vinos?

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí