El mejor el vino es el que te gusta…y cada cual, consume el vino, como prefiere. No cabe duda de que estas máximas se pueden aplicar para muchos aspectos del vino, sin embargo, existen otros aspectos que se deben cuidar, para permitir al menos, disfrutar del vino en sus mejores condiciones.
Una de ellas es su temperatura de servicio. Un tinto y un joven no pueden ser consumidos de igual modo que un blanco o un espumoso. Ahora bien, ¿cuales son las temperaturas adecuadas?
Para el caso de los tintos: depende de la propia tipología del vino. No cabe duda de que no es lo mismo un vino sometido a paso por madera que un tinto joven. Así, los crianzas y reservas, suelen ser servidos a un temperatura de 15-18 grados, con recomendación de una decantación o descorche previo, de unos 10 o 20 minutos. En el caso de los jóvenes, se aprecia mejor su frescura con aromas frutales con temperaturas más rebajadas cercanas a los 10-12º
Para los blancos, igualmente varía. En el caso de los jóvenes blancos y rosados, su juventud con toques florales recomienda un servicio de 7-9º , mientras que los blancos crianzas, para no reducir en exceso los aromas de madera, mejor a unos 10-12 grados.
Por ultimo, los espumosos. Conseguiremos refrescar el paladar con su burbuja con una temperatura más baja, a unos 6 grados.
En cualquier caso, son meros consejos. Si en verano, un tinto joven necesita pasar por nevera, no pasa nada cuando el mercurio salta los treinta grados.
