El foie es una prueba de fuego en cualquier Restaurante, los que disfrutamos con este plato miramos mucho no sólo la calidad si no el servicio, más allá del micuit servido frío con tostadas hay vida, y mucha, y este plato de El Bodegón es muestra del sinfín de posibilidades del foie que hoy armonizamos con un buen vino de la Denominación de Origen La Mancha.
Foie laminado sobre reducción de vino tinto, hojas y daditos de pan
Esta lámina llega a la mesa como parte de un menú degustación, así que la cantidad es la justa para el propósito, viene la lámina enrollada y es el camarero quien lo desenrolla a la vista del cliente, con unas pinzas largas y mucho cuidado se estira el rollo sin que se rompa, muestra de la buena textura y temperatura justa del manjar, el quid de la cuestión tanto del foie como del vino, el acompañamiento a base de vino reducido y pan crujiente, con el colorido y aroma de las hojas hacen de este bocado una gozada para el paladar, eso sí, bien acompañado de una copa de vino D.O. La Mancha.
Hoy tengo dos ofertas, la primera sin duda es un vino blanco dulce elaborado a partir de la variedad moscatel, sedoso, aromático, con un punto de acidez que enriquezca el conjunto y bien servido a ocho grados en una copa amplia tipo burdeos, donde evolucione deprisa, atemperándose y demostrando el potencial de estos vinos. Y la segunda oferta trata de un vino espumoso semiseco elaborado a partir de Airén y Macabeo, servido en copa flauta a cinco grados centígrados, la mitad de la copa, evitando se caliente el vino y permitiendo concentrar un poco los aromas herbales y secundarios propios de estos vinos, las burbujas son un acompañante de alimentos grasos, refrescan el paladar y acentúan los matices del plato.
Gastronómicamente vuestro
salud y ¡mucha Mancha!
