Hace años, el nombre de María Dueñas, no destacaba más allá, quizás, de los ámbitos más estrictamente académicos. Doctora en Filología, profesora en la Universidad de Murcia y con experiencia docente en Estados Unidos, esta escritora, por cierto, natural de Puertollano (Ciudad Real), arrasó como un vendaval de fuerza en las librerías españolas. Su primer libro El tiempo entre costuras ha superado el millón de ejemplares vendidos. Un listón alto para su segunda obra, Misión Olvido, cuya principal personaje, Blanca Perea, no oculta un rastro autobiográfico.
Imagino que su agenda no se detiene ni un segundo, entre viajes y presentaciones, Misión Olvido se ha recibido con mucha expectación. ¿Presión añadida por consolidar y satisfacer a sus lectores o un pequeño orgullo por tener ya un nombre en las librerías?
Un pequeño orgullo no; Misión Olvido supone para mí un gran orgullo, mi segundo proyecto literario y un paso fundamental en mi devenir como escritora. Salimos inicialmente a las librerías con 350.000 ejemplares y ya se está preparando la tercera edición en apenas tres meses y en mitad de una aguda crisis en el sector. Es una novela que ha supuesto un reto ilusionante en el que he volcado muchísimas horas de trabajo, todo mi saber hacer y unas ganas enormes de volver a seducir a los lectores. Saber que desde su lanzamiento está siendo aceptada con tanto entusiasmo me llena de gratitud y satisfacción.
Giros del destino, una segunda oportunidad…en una profesora que trata de recomponer su vida. La complicidad está garantizada con muchos lectores que aún tratan de vivir “su mejor historia”.
He querido crear una narración que inspire un optimismo lúcido: un tributo a las segundas oportunidades, a la reconciliación con lo que dejamos atrás y al coraje para la reconstrucción tras el fracaso, la derrota o la pérdida.
¿Puede ser una guía de ayuda en la situación actual, donde el paro ha arrojado a muchas personas al difícil reto de tener que redirigir su vida?
Misión Olvido trata más de una reconstrucción emocional que de un cambio de vida en otros sentidos. La protagonista, Blanca Perea, es una mujer contemporánea que se enfrenta a circunstancias complicadas muy semejantes a las que todos tenemos cerca: parejas que se desmoronan, sueños rotos, hijos que crecen y vuelan, incertidumbres sobrevenidas cuando creemos haber alcanzado la estabilidad… Blanca es humana, carne y hueso de nuestros tiempos, pura vida de todos los días. Y eso permite a muchos lectores implicarse con ella con enorme sintonía y complicidad.
Lo primero que recortan muchas familias son sus gastos en ocio. ¿Cree que ha menguado aún más la lectura con la crisis?
Han menguado las ventas de libros, sin duda alguna. Y los libreros, las editoriales y los autores están sufriendo este descenso. Pero creo que la lectura como placer sigue siendo un refugio muy cálido en estos tiempos en los que soplan aires heladores, y los lectores continúan acudiendo a ella a pesar de todo.
La crítica alaba su pluma ágil, de trama rápida, con el toque sutil de sus protagonistas femeninos. Junto a otras autoras como Julia Navarro (y su Dime quien soy), ¿se ha convertido en la referencia actual de escritoras en España?
Pues realmente no lo sé, pero si hablamos criterios objetivos como cifras de ventas y volumen de lectores, permanencia en listas de libros más vendidos, número de traducciones, etc. sí es cierto que me encuentro en una posición privilegiada.
Es oriunda de Puertollano, ¿Qué recuerdos mantiene?
Los de mi infancia: familia, colegio, amigos… Recuerdos de aquellos años sesenta y setenta, de vida en la calle, tele en blanco y negro, muchos sueños por delante y un mundo entero por descubrir.
Una buena velada, grata conversación en el placer de la buena mesa. ¿Se la imagina brindando sin vino?
No, no me la imagino. Soy una gran amante y fiel consumidora de vino.
¿Qué tipo de vinos prefiere?
Me decanto por los tintos, sin duda. Con cuerpo pero sin exceso.
