Pan negro
Pan negro

Esta vez no hablaré del Pan de centeno

Este es el caso de un pan «Tuneado», a partir de un tipo blanco y añadiéndole algún tipo de colorante, el caso es asombrar e impresionar al cliente, el feliz comensal que recibe unos panes calientes, crujientes por fuera y esponjosos por dentro, con agrado, simpatía y bien servidos, como sería el ideal hostelero.

Quedan vestigios de la dura postguerra, citar el pan negro en la sala suele tener varias reacciones, la primera es la sorpresa y la segunda, menos habitual, la duda, el desconcierto ante la posibilidad de que sea tostado o algo desconocido y probablemente no grato, los que han escuchado o vivido tiempos peores, saben de la rudeza del pan de centeno de antaño (porque el actual es una delicia). Algunos clientes recuerdan vivencias de los años cuarenta, y se enfrentan a emociones contrastadas, porque este pan negro está rico, huele bien y tiene una pinta apetecible.

 La base en parecida al pan tipo baguette, y se le añade desde colorante neutro a tinta de calamar, el caso es conseguir un color negro brillante, y conservar las cualidades del pan blanco.

La importancia del pan en la mesa es indiscutible, y la educación de los niños acerca de la alimentación y gastronomía debería ser una asignatura en los centros docentes, conocer la importancia de una buena alimentación incluye el consumo moderado de vino como alimento sano y con matices culturales además de hedonistas.

Gastronómicamente vuestro

Salud y ¡mucha Mancha!

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