Maridando un plato de Setas con vino Manchego, debemos decir, orgullosos, que resulta una delicia dar a conocer las bodegas de la D.O. La Mancha junto a grandes propuestas en la mesa, que hacen obras de arte como este: Setas y hongos en texturas de El Bodegón

En este plato debemos tener en cuenta la fragancia suave y característica, el sabor terroso.

Junto a las dos texturas principales, de la seta marcada en la parrilla y la crema con algo de grano, el pequeño e intenso toque de los germinados que además de colorear, sazonan el bocado, y no vamos a citar el lugar que lleve en el menú (qué iba delante y qué después) 

Maridaje

Así que tirando de genéricos, podría decir que un fragante Sauvignon Blanc  joven puede ser una buena propuesta, con sus toques tropicales que tan buenos réditos aromáticas suele dar por estas latitudes de La Mancha.

Aquellos que prefieran tintos, hay un blanco que no les defraudará en la propuesta. Hablamos del un Chardonnay fermentado en barrica. Puede superarlo por su estructura y complejidad.

No obstante, llevamos tiempo observando la buena aceptación de un vino espumoso de calidad, con larga crianza sobre sus lías, que parece estar más rico fuera de la copa flauta que encierra su aroma y pronuncia sus burbujas, servido en copas tipo burdeos (a gusto de consumidor, como siempre)

A los valientes que opten por el espumoso, no les defraudará el maridaje y la conjunción de la seta con los aromas y el paladar del vino por delante del chispeante gas.

A los incondicionales del tinto, les propongo un Cencibel Reserva en copa amplia a una temperatura no muy fresca, dejando reposar en botella unos minutos después de ser descorchado, o si es menester, procede y se tiene a mano, un decantador que sus mejores aromas de reposada barrica.

Gastronómicamente vuestro

Salud y ¡mucha Mancha!

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