Imagen de Petra Blahoutová para Pixabay
Imagen de Petra Blahoutová para Pixabay

Aunque estamos acostumbrados a descorchar botellas del formato 0,75 litros, el más habitual en todo el mundo, también existen otros tamaños para las botellas de vino.

Incluso, puede influir en la conservación final del contenido.

Como ya explicamos en otro post, tradicionalmente se ha venido embotellado con el formato 0,75  litros por razones de índole comercial, cuando hace siglos, los productores europeos se adaptaron mejor a las demandas y formatos del propio mercado británico.

Sin embargo, existen otros tamaños de botellas de vino que sorprenden desde la originalidad de sus nombres hasta la capacidad de los mismos.

Contenidos

¿Qué formatos existen paras las  las botellas de vino?

Al final, es el propio consumidor, en definitiva quién determina la vigencia de un formato u otro para el tamaño de las botellas. Así, entran en juego algunos factores como el número de comensales o personas que vayan disfrutar ese vino, su transporte o las propias condiciones de consumo, por ejemplo en aviones.

Split, el más pequeño: 0,187 litros

Como indica la palabra en italiano, el formato piccolo es el formato más reducido. Apenas un suspiro para los más winelovers, que se reduce a una cuarta parte, es decir, una sola copa de vino.

Demi o Media botella: 0,25 litros y 0,375 litros

Asociado más a la cerveza o el aceite, este formato demi ha crecido en su demanda últimamente, porque resulta ideal para aquellos que quieran consumir una sola de vino en pareja, terminando la botella en el acto. La cantidad de vino será más generosa para las botellas de vino con 0,375 litros.

Suele ser el formato escogido en aviones, donde el espacio aconseja cantidad pequeñas para su manejo.

Jennie o 0,5 litros

En Gales, al aguardiente se le conoce como Jennie, y suele ser embotellado en 0,5 litros. Aquellos que quieren la moderación en las comidas eligen estos formatos. También es el recipiente elegido cuando se trata de un botella de vino para regalo en acontecimientos sociales como bodas y bautizos.

Incluso, hay bodegas que optan por este formato para sus vinos dulces.

0,75 litros: el estándar

Es el formato que gana por goleada. Hostelería y supermercados reclaman habitualmente estos formatos. Si entendemos que una copa de vino, en términos moderados, equivale a unos 150 ml, una botella de vino suele dar para unas 5 copas de vino, es decir, 750 ml.

Magnum ó 1,5 litros

Se trata de dos botellas de 0,75 litros y tal como su nombre indica, ya estamos hablando de proporciones considerables en la mesa. Por varios motivos, son muchos los defensores de este tipo de tamaño de botellas. Por ejemplo, porque te permite disfrutar del mismo vino sin tener que descorchar otra segunda botella cuando el número de comensales es amplio (más de cuatro personas).

Doble Magnum o 3 litros

Estamos hablando de cuatro botellas estándar de 0,75 litros. En aquellos vinos espumosos se la conoce como Jeroboam y su capacidad concreta es de 4,5 litros. (o seis botellas de vino estándar)

Otros tamaños colosales

Su consumo es prácticamente inexistente, quedando relegados a fines promocionales de marketing, como pura estética decorativa, buscando una clara visibilidad en locales y restaurantes. Así, podemos ver:

El formato imperial

De 6 litros, un equivalente a 8 botellas estándar

Botellas de vino salmanazar

Este rey asirio (726-722 ac), mencionado en la biblia por invadir Israel en tiempos del rey Oseas, tiene el honor de dar nombre a las botellas de 9 litros. No conocemos a nadie que hay sido capaz de consumir una botella salmanazar (el equivalente a 12 botellas de vino estándar de 0,75 cl) en una sola velada y haya vivido para contarlo.

Botellas de vino Baltasar

Con 12 litros, el recuerdo al simpático Rey Mago Negro sirve para bautizar a una botella de 12 litros, 16 litros de 0,75 l.

Botellas Nabucodonosor 

La mención de otro soberano de Oriente Próximo, en este caso, babilónico, da nombre a estas botellas de 15 litros. Con 20 botellas de 0,75 litros, nos movemos en cifras que  superan el consumo mensual.

Botellas de vino Melchor

Con 18 litros, se necesitan fuerzas y un estado de forma considerable para levantar y descorchar a estas botellas, que llevan el nombre de otro soberano de Oriente, pero pacífico, y de infantil recuerdo para todos nosotros.

Botellas de vino Melquisedec

Nuevamente acudimos a la biblia para rematar el tamaño de la botella más grande. Hablamos del primer sacerdote-rey en la historia del pueblo judío. Melquisedec fue el primer sacerdote “del Dios Altísimo, que salió al encuentro de Abraham cuando regresaba de la derrota de los reyes”. Es imposible olvidar una botella de Melquisedec, cuyo contenido alcanza los 40 litros, que sin duda, dan para muchos y muchos brindis en una familia más que numerosa.

Formatos y tamaños más vendidos en DO La Mancha

En La Denominación de Origen La Mancha, lógicamente, se impone el formato estándar (0,75 litros)  con cerca de 71 millones de botellas vendidas en el 2020.

Aunque estamos acostumbrados a descorchar botellas del formato 0,75 litros, el más habitual en todo el mundo, también existen otros tamaños para las botellas de vino. Incluso, puede influir en la conservación final del contenido. Como ya explicamos en otro post, tradicionalmente se ha venido embotellado con el formato 0,75 litros por razones de índole comercial, cuando hace siglos, los productores europeos se adaptaron mejor a las demandas y formatos del propio mercado británico. Sin embargo, existen otros tamaños de botellas de vino que sorprenden desde la originalidad de sus nombres hasta la capacidad de los mismos. Tipo de formatos Al final, es el propio consumidor, en definitiva quién determina la vigencia de un formato u otro para el tamaño de las botellas. Así, entran en juego algunos factores como el número de comensales o personas que vayan disfrutar ese vino, su transporte o las propias condiciones de consumo, por ejemplo en aviones. Split El más pequeño: 0,187 litros Como indica la palabra en italiano, el formato piccolo es el formato más reducido. Apenas un suspiro para los más winelovers, que se reduce a una cuarta parte, es decir, una sola copa de vino. Demi o Media botella: 0,25 litros y 0,375 litros Asociado más a la cerveza o el aceite, este formato demi ha crecido en su demanda últimamente, porque resulta ideal para aquellos que quieran consumir una sola de vino en pareja, terminando la botella en el acto. La cantidad de vino será más generosa para las botellas de vino con 0,375 litros. Suele ser el formato escogido en aviones, donde el espacio aconseja cantidad pequeñas para su manejo. Jennie o 0,5 litros En Gales, al aguardiente se le conoce como Jennie, y suele ser embotellado en 0,5 litros. Aquellos que quieren la moderación en las comidas eligen estos formatos. También es el recipiente elegido cuando se trata de un botella de vino para regalo en acontecimientos sociales como bodas y bautizos. Incluso, hay bodegas que optan por este formato para sus vinos dulces. 0,75 litros: el estándar Es el formato que gana por goleada. Hostelería y supermercados reclaman habitualmente estos formatos. Si entendemos que una copa de vino, en términos moderados, equivale a unos 150 ml, una botella de vino suele dar para unas 5 copas de vino, es decir, 750 ml. Magnum ó 1,5 litros Se trata de dos botellas de 0,75 litros y tal como su nombre indica, ya estamos hablando de proporciones considerables en la mesa. Por varios motivos, son muchos los defensores de este tipo de tamaño de botellas. Por ejemplo, porque te permite disfrutar del mismo vino sin tener que descorchar otra segunda botella cuando el número de comensales es amplio (más de cuatro personas). Doble Magnum o 3 litros Estamos hablando de cuatro botellas estándar de 0,75 litros. En aquellos vinos espumosos se la conoce como Jeroboam y su capacidad concreta es 4,5 litros. ( o seis botellas de vino estándar) Otros tamaños colosales Su consumo es prácticamente inexistente, quedando relegados a fines de marketing, como pura estética decorativa, buscando una clara visibilidad en locales y restaurantes. Así, podemos ver: - Las botellas de vino imperiales, de 6 litros, un equivalente a 8 botellas estándar - Botellas de vino salmanazar: este rey asirio (726-722 ac), mencionado en la biblia por invadir Israel en tiempos del rey Oseas, tiene el honor de dar nombre a las botellas de 9 litros. No conocemos a nadie que hay sido capaz de consumdir una botella salmanazar (12 botellas de vino estándar) en una sola velada y haya vivido para contarlo. - Botellas de vino Baltasar, con 12 litros: el recuerdo al simpático Rey Mago Negro sirve para bautizar a una botella de 12 litros, 16 litros de 0,75 l. - Nabucodonosor o 15 litros: la mención de otro soberano de Oriente Próximo, en este caso, babilónico, da nombre a estas botellas de 15 litros. Con 20 botellas de 0,75 litros, nos movemos en cifras que se superan el consumo mensual. - Botellas de vino Melchor: con 18 litros, se necesitan fuerzas y un estado de forma considerable para levantar y descorchar a estas botellas, que llevan el nombre de otro soberano de Oriente, de infantil recuerdo para todos nosotros.  Botellas de vino Melquisedec: nuevamente acudimos a la biblia para rematar el tamaño de la botella más grande. Hablamos del primer sacerdote-rey en la historia del pueblo judío. Melquisedec fue el primer sacerdote “del Dios Altísimo, que salió al encuentro de Abraham cuando regresaba de la derrota de los reyes”. Es imposible olvidar una botella de Melquisedec, cuyo contenido alcanza los 40 litros, que sin duda, dan para muchos y muchos brindis. Formatos y tamaños más vendidos en DO La Mancha En La Denominación de Origen La Mancha, lógicamente, se impone el formato estándar (0,75 litros) con cerca de 71 millones de botellas vendidas en el 2020. Lem siguen, muy por debajo, otros formatos como la botella de 0,25 litros con 433.900 unidades vendidas o las de 1 litro (con 178.900 tirillas). ¿Mayor tamaño, conserva mejor el vino? La respuesta podríamos entenderla en vinos crianza o de paso por madera, donde el tiempo es fundamental para “redondear” aromas y limar aristas. Si en las barricas, el roble permite una micro oxigenación muy importante, una vez embotellado, el vino debe permanecer en reposo, y con el menor contacto posible con el aire. El tiempo actúa de manera más lenta con mayores volúmenes. Si pensamos, por tanto en vinos de lenta evolución, el tamaño sí puede ser importante. No así tanto en vinos de rápido consumo en el mercado, como los vinos jóvenes o tradicionales con paso leve por madera, cuyo formato se adecua perfectamente a los tamaños convencionales de 750 ml.Le siguen, muy por debajo, otros formatos como la botella de 0,25 litros con 433.900 unidades vendidas o las de 1 litro (con 178.900 tirillas).

Cabe mencionar otros formatos como el bag in box (literalmente bolsa dentro de una caja), que tanto gustan en el extranjero y que «hacen poner el grito en el cielo» a los consumidores más ortodoxos, partidarios siempre del vidrio.

El formato más tradicional de las botellas suele ser de 0,75 litros
El formato más tradicional de las botellas suele ser de 0,75 litros

¿Mayor tamaño, conserva mejor el vino?

La respuesta podríamos entenderla en vinos crianza o de paso por madera, donde el tiempo es fundamental para “redondear” aromas y limar aristas. Si en las barricas, el roble permite una micro oxigenación muy importante, una vez embotellado, el vino debe permanecer en reposo, y con el menor contacto posible con el aire.

El tiempo actúa de manera más lenta con mayores volúmenes. Si pensamos, por tanto en vinos de lenta evolución, el tamaño sí puede ser importante. No así tanto en vinos de rápido consumo en el mercado, como los vinos jóvenes o tradicionales con paso leve por madera, cuyo formato se adecua perfectamente a los tamaños convencionales de 750 ml.

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