El arroz es lo más celebrado en las mesas familiares, y de los platos más contundentes junto a las legumbres un arrocito con liebre resucita a un muerto, ahora con el frío más, por supuesto.
La liebre es un animalejo parecido al conejo pero mucho más ágil y duro, son más de treinta tipos conocidos de liebres pero todas tienen en común su precocidad para el sustento, la reproducción masiva, omnivoras y carroñeras y esto ultimo las hace poco queridas para cazadores y demás posibles degustadores, pero casi siempre se coincide en que le da un gusto y tinte especial al arroz montaraz.
Que si un sofrito de cebolla y ajo morado por aquí… que si la liebre braseadita por allá… un tomate bien picado con el laurel, vino blanco y orégano, cociendo cociendo se va haciendo….
El tema de la elaboración de calderadas en el campo favorece a cualquier plato, sin duda, el fuego de leña más, claro, suele ser un día especial y en grata compañía, y en el mejor de los casos después de un día de actividad que abre el apetito y da sed…de buen vino, de esos que guardan el sabor de siempre, con tradición y tecnología a partes iguales, los que saben bien, y con las mejor relación calidad/precio, sólo un vino de la Denominación de Origen La Mancha es capaz de reunir todos esos requisitos. Para maridar un plato como el arroz con liebre no tengo más que nombrar un Reserva de La Mancha, acierto seguro.
Gastronómicamente vuestro
Salud y ¡mucha Mancha!
