Se acerca la Navidad y el dulce más típico de La Mancha se prepara para el consumo  masivo, pero en contados Restaurantes se mantiene durante todo el año, es el caso del restaurante Granero de Quintanar de la Orden, donde la cocina de mercado no pierde las raíces, y por supuesto mantiene un producto de tanta calidad y tradición en su carta durante todo el año, así esta tarta de delicia de mazapán, crema al azafrán y helado de canela es uno de los postres más solicitados. La sabia combinación de almendras largueta y marcona para controlar el amargor, la grasa, el punto de azúcar, el deje a azafrán de la crema que acompaña y el tacto sedoso de un helado de canela recién pasado por la sorbetera pide a gritos la grata compañía de un buen vino, un vino Denominación de Origen La Mancha.

Lámina de bizcocho, algo de yema, mazapán obrado por las monjitas trinitarias, otra de bizchocho, dorado y horneado junto a las cremas heladas me invitan a proponer un espumoso semi, además que es habitual brindar al final del ágape, así el maridaje cumpliría con la controvertida tradición.

En la actualidad, un vino espumoso Denominación de Origen La Mancha tiene como origen un excelente vino, procedente de la variedad Airén o Macabeo, o mezcla de ambas variedades, al que se le ha agregado, una pequeña cantidad de azúcar y levaduras especiales.

Para este vino espumoso recomendaré la copa tipo chianti, de forma similar a un tulipán casi sin abrir de manera que sirviendo el vino a seis grados centígrados no se pronuncie demasiado las burbujas dejando el protagonismo al vino, y este al mazapán, además al ser  semiseco evitaremos que la armonía parezca un “pan con pan” y sea enriquecimiento mutuo. La cuestión radica en el servicio del vino, no mucha cantidad evitando así que se caliente, escanciando despacio para disipar el carbónico excesivo y pronunciar la cremosidad del vino.

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