Jesus Sánchez Adalid

 

Nacido en Villanueva de la Serena, (Badajoz) Sánchez Adalid, confiesa sin embargo, su pasión por la Córdoba Califal, la ciudad que le catapultó al éxito editorial con El Mozárabe en 2001, y hoy le lleva a explorar, nuevamente, con Los baños del pozo azul las contradicciones internas del ser humano en la búsqueda de poder y reconocimiento.

Licenciado en Derecho, ejerció como Juez durante una década de años, para después estudiar Teología y Filosofía. Quizá por eso, el lector identifica en sus personajes un trato ecuánime, cercano y verosímil, con “sus miedos y sus deseos, como cualquier ser humano; sufren y son felices en la medida que lo permiten sus vidas”.

Una docena de libros jalonan la buena acogida del público con  numerosos premios para este sacerdote católico, (párroco en San José de Mérida), cuya relación con el vino es vocacional y espiritual, omnipresente en sus novelas.

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Entrevista

Con ‘Los baños del pozo azul’, vuelve a la Córdoba califal, una ciudad y un periodo por la que siempre ha sentido una especial atracción.

Después de haber transcurrido casi 20 años desde que escribí El Mozárabe, me apetecía mucho regresar aquel periodo; como en un maravilloso viaje en el tiempo para recobrar sensaciones que entonces me aportaron mucho. Además, también es verdad que muchos lectores me han solicitado una y otra vez ese retorno a la apasionante España del final del milenio, a aquella Córdoba que reúne en sí misma mucha grandeza, belleza, misterio, encanto… Es una época tan interesante y tan rica que daría para muchas novelas. Creí que era necesario profundizar obedeciendo, en cierto modo, a este deseo de los lectores que, como he dicho, también era mío.

Portada de ‘Los Baños del Pozo azul’

El listón lo dejó muy alto para los lectores con ‘El Mozárabe’. ¿Qué propone esta nueva historia que anuncia ya la crisis del Califato?

La novela Los Baños del Pozo Azul está indudablemente relacionada con El Mozárabe: la historia de fondo de la primera se desenvuelve en muchos de los escenarios de la segunda; comparten un mismo periodo histórico y algunos protagonistas comunes. La esplendorosa ciudad califal de Córdoba actúa en las dos novelas como marco, ambiente e inspiración principal. Sin embargo, me costaría trabajo afirmar abiertamente que ambas historias son principio y continuación. Consideró que resultará más adecuado afirmar que son dos tramas diferentes, sucediéndose y completándose.

En Los Baños del Pozo Azul, como en tantas otras novelas mías, el lector se encontrará con un ideario particular; una manera de ver el mundo y de tratar de entenderlo.

Yo sigo queriendo aportar algo y, dentro de mis modestas posibilidades, contribuir de alguna manera a que se extienda un mensaje positivo sobre la humanidad.

Pero esto no quiere decir que la historia de fondo esté endulzada, sino todo lo contrario: en los baños del pozo azul aparece la realidad como algo desconcertante y terrible a primera vista; con todos los lados oscuros de la vida, junto a lo bueno, lo bello y lo luminoso. Los personajes se debaten en medio de sus contradicciones, sus miedos y sus deseos, como cualquier ser humano; sufren y son felices en la medida que lo permiten sus vidas. Pero siempre, como un telón de fondo, está la esperanza; esa llama encendida que alienta a toda la humanidad de cualquier lugar del mundo y de cualquier cultura o creencia.

           

Una de las primeras diferencias marcadas está en el personaje principal.  La vascona Subh o Aurora es ya una “señora” con marcado carácter frente a un Almanzor ya en su declive.

La vascona Aurora, llamada Subh Walad o la Sayida es una figura femenina de la historia en verdad fascinante. ¡Qué pena que sean tan desconocida! Era originaria del norte de España, seguramente de origen navarro y no está muy claro por qué motivo aparece en Córdoba. El caso es que fue educada en su infancia en unas creencias y las costumbres muy diferentes a las que luego encontraría en su peculiar destino. Había nacido como cristiana, desarrollando su vida con la desenvoltura y la libertad propia de una hija de nobles del norte. Pero luego tuvo que vivir la realidad de las mujeres palaciegas del Islam de aquel tiempo, sometida al régimen propio del harén, junto a las concubinas y los eunucos. Debió de ser una mujer bellísima que acabó convirtiéndose en la única favorita del califa Alhaquen y madre de sus únicos hijos Abderramán y Hixem. Los cronistas de Alándalus envuelven al personaje en un gran misterio. Una de las tradiciones la sitúa como amante de Almanzor y le confiere una iniciativa y un carácter que la hicieron ser una figura decisiva en el califato.

            En mi novela El Mozárabe aparecía como uno de los personajes principales. Su gran atractivo y el secreto de su vida anónima en la intimidad de los palacios califales me hicieron pensar en que merecía aparecer como protagonista en un nuevo relato. Y es, precisamente, este momento, el declive de Almanzor, cuando ella adquiere nuevo protagonismo y un poder transitorio que resulta sorprendente, máxime por tratarse de una mujer.

Para darle consistencia a la historia de fondo he contado con estudios e investigaciones muy avanzadas que han aportado una nueva luz sobre la que fue quizá la mujer más importante, activa e inteligente de todo aquel periodo histórico. Hoy podemos estar seguros de que Subh Walad jugó un papel determinante en los momentos finales del califato de Córdoba.

 Anteriormente también escribió sobre Siria, con ‘En tiempos del Papa sirio’ para reflexionar sobre las raíces del conflicto ¿Cree que nos iría mejor sin amnesias históricas?

En entrevistas de conferencias suelo repetir que La Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado, y en el proceso, hacerlos comprensibles en el presente.

Sin reconocer los efectos del pasado y sin comprender su impacto en el presente, los hechos solo se siguen repitiendo en un ciclo interminable de intentos fracasados.

No pretendo decir que vivir en el ayer sea la solución. Pero las historias colectivas y personales deben ser observadas, aceptadas y entendidas para ser sanadas. Y por ello al pasado se va a buscar discernimiento como ayuda para el presente.

Por cierto, ¿cómo ha vivido este año tan complicado de la COVID? ¿Le ha inspirado alguna nueva historia?

Para mí, como para tantos otros escritores, el confinamiento ha supuesto en cierto modo un “tiempo de gracia”.

Generalmente tengo otras ocupaciones: clases en la universidad, conferencias, congresos, etc. Todo eso se acabó de repente, y apareció un tiempo dedicado únicamente a la escritura; un espacio personal con el que antes no contaba y que tuve que estimar en positivo.

 Tras la experiencia del confinamiento, ¿saldremos mejores, peores? ¿Más lectores y reflexivos?

Sin duda saldremos mejores de todo esto. Debemos reconocer que vivíamos con demasiada agitación, sin detenernos a pensar ni a reconocernos por dentro. En esta gran dificultad de la pandemia estamos aprendiendo a valorar cosas que teníamos delante y que no éramos capaces de ver.

En los tiempos difíciles siempre se estimula el ingenio. Pienso que al final la creatividad saldrá beneficiada y mejorada.

En sus libros también aparece el vino, de hecho, ya en 2010 publicó ‘Los milagros del vino’ en una novela ambientada en la cultura grecorromana de la que somos deudores.

El personaje central de esta obra es un griego de Siracusa, hierofante servidor del dios salvador Asclepio en Corinto, capital del Peloponeso. En ese itinerario de dioses, cultos y amores, en el que conviven cínicos y estoicos, junto a judíos y egipcios, la novela relata las dudas que asaltan a la mente de su protagonista. Así, con los sueños y el vino como metáforas de vida y libertad, la trama se adentra en un viaje interior hacia el sentido de la vida.

  

En clave personal: 7 de 7

Imagen de Jesús Sánchez Adalid

 

Un aroma o sabor de la infancia…. La tierra mojada al principio de la tormenta; las higueras en verano y el mosto nuevo al final del estío.

Un plato al que no se resiste… Las perdices estofadas.

Su canción favorita… «Everybody’s Changing» de Keane.

La película que más veces ha visto… La gran belleza (en italiano: La grande bellezza) es una gran película italiana de 2013 coescrita y dirigida por Paolo Sorrentino.

El escritor que nunca le defrauda…. Naguib Mahfuz

Su primer pensamiento al despertarse… Suelo rezar

Si pudiese viajar en el tiempo, se tomaría un vino con… Con Jesús de Nazaret, por supuesto.

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