Un podador afila las tijeras de poda manuales
Un podador afila las tijeras de poda manuales

En la calidad de un vino inciden varios factores. Uno  de ellos pasa por la buena salud del viñedo, inicio matriz del buen estado de la uva. Como las personas, requieren de una vigilancia y cuidados logrando  viñedos sanos y fuertes que garanticen uvas maduras y de calidad.

Así pues, la poda de la vid es uno de los procesos más importantes para conseguir este fin. Aquí te vamos a contar cuándo es el mejor momento para podar nuestra viña y por qué es tan relevante hacerlo.

 

Contenidos

“Pódame helando, mejor que llorando.”

Podar la vid es una de las acciones que más relevancia va a tener a la hora del desarrollo de la cepa. De ahí la importancia de escoger el momento oportuno para garantizar una vida más longeva y saludable de las vides.

Actualmente, se puede afirmar que el período más adecuado para realizar la labor de poda es cuando la vid se encuentra en reposo en su ciclo biológico. La planta entra en  letargo. Este período se da entre, la caída de sus pámpanas que se da aproximadamente en el mes de noviembre y el momento de la brotación que ocurre al inicio de la primavera.

Mañanas frías y secas son las idóneas para la poda
Mañanas frías y secas son las idóneas para la poda

Incluso, como destaca aquel refrán, es importante estar atentos en la labor agrícola y nunca iniciar la poda si la planta ha dado ya señales de su vuelta a la vida biológica como el propio llanto de la vid. Por ello, con temperaturas frías es el momento más oportuno en el que debe realizarse la poda, siempre en el período de dormición de las yemas latentes.

De los cortes que aportan vida.

La poda es una de las actividades fundamentales para el desarrollo de la cepa y la finalidad que conlleva es la de regular y controlar la vid, ya que es una planta arbórea con un crecimiento ilimitado e irregular. De esta manera, se consigue dar forma a la vid para beneficiar el desarrollo correcto de la vegetación y del fruto.

En esta fase entra en juego las dotes del agricultor con la tijera para renovar la madera de la cepa, siempre adecuada en cantidad de yemas según la fuerza de la propia vid. Los cortes que se realizan no se guían por el azar o el libre albedrío, sino que son dirigidos por la aguda profesionalidad del viticultor que conoce con certeza las posibilidades productivas y la calidad de cada vid.

Antes de que el agricultor se tenga que poner los guantes y coger las tijeras, debe tener en cuenta una serie de factores para desarrollar una correcta poda. Entre las principales consideraciones a tomar en cuenta son: el clima, la orografía de la parcela y las variedades de uva plantadas.

Un podador afila las tijeras de poda manuales
Un podador afila las tijeras de poda manuales

Para empezar, se escogen días fríos pero soleados, sin demasiada humedad para evitar que enfermedades de la madera como la yesca, se transmitan por las heridas de poda. Seguidamente se deben dejar las zonas con más profundidad de la parcela para el final del invierno para evitar las heladas en esta zona. Y para finalizar, se empezaría a podar las variedades de uva que maduran tarde para acabar con las variedades que maduran tempranamente. Consiguiendo así un equilibrio en la brotación de las vides.  

Gracias a esta labor agrícola se consiguen mayores beneficios de la viña como es mantener la forma de la vid; distribuir la estructura, pámpanas y racimos; regular y equilibrar las cepas y por último regular el envejecimiento. En definitiva, la poda logra optimizar los recursos medioambientales para determinar la calidad del fruto durante el resto del año.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí