Historia y pasado de Alhambra
Historia y pasado de Alhambra

Visitamos el pequeño municipio manchego al que algunos investigadores identifican con laminium, importante enclave de la Roma Alto imperial

Vasta como su propio término, la mirada se pierde, inerte, en lontananza. Con apenas un millar de almas, esta pequeña población al este de la provincia de Ciudad Real anuncia en su fisonomía la puerta hacia al Campo de Montiel, tierra de repoblada antaño por la Orden Militar de Santiago, que hoy apenas contiene la hemorragia demográfica de sus callados rincones.

 

Como aquel palacio nazarí, Alhambra debe su nombre a la tierra rojiza que surca la epidermis de su cerro. Testigo y vigía de tiempos remotos, rutas y calzadas.

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Orgullo montano en derrubios

Es precisamente, su castillo quien recibe al visitante cuando asciendes en lenta pendiente.

Su perímetro es casi inaccesible para aquel visitante, que siente la magnética atracción de sus muros, hieráticos y solemnes; siempre condescendientes al verso suelto de aquel romántico viajero que sueña leyendas de corcel y espada, paladín y princesa.

Ascendemos con tímido resuello siguiendo la ascendente trayectoria de Eusebio López, miembro de la Asociación de Alhambra Tierra Roja, hasta alcanzar la base del castillo.

Desconchadas de argamasa, con decadente adarve y su planta poligonal, más bien oval, hoy cubierta de maleza, sobresale en su evidente estado de abandono y conservación su puerta de acceso. De espaldas a la propia población, con forma de recodo para garantizar mejor su defensa, su arco ojival goza de una enigmática belleza.

Puerta de acceso al castillo de Alhambra
Puerta de acceso al castillo de Alhambra

Algunas fuentes lo datan en tiempos de la dinastía omeya, aunque por la estructura y el rol estratégico que jugara en los periodos alternos de avance y repliegue del reino de Castilla frente a las sucesivas oleadas sarracenas, todo hace pensar que su diseño es coetáneo a los los siglos XI y XII.

Tras la Navas de Tolosa en 1212, la llanura manchega pierde su papel de frontera indómita para ser contralada en señorío de las órdenes militares.

Enclave estratégico y ruta de paso

El orgullo alhambreño aflora en la piel de sus paisanos que no dudan en bautizar sus orígenes ancestros como ‘laminium’ disputando en paternidad con otras poblaciones manchegas, la importancia económica que tuvo en los siglos I y II.

Prueba de ellos son sus esculturas de togados, localizadas durante décadas en las cercanías de la iglesia parroquial, hoy exhibidos en un (falso) templete romano, recuperando así su carácter civil y latino de libre acceso público.

Inscripción latina de la Roma Alto Imperial
Inscripción latina de la Roma Alto Imperial

Muy cerca, a unos metros bajo los cimientos de un viejo colegio del franquismo aparecieron “restos de una bodega o despensa ibero-romana”.

Alhambra responde en su emplazamiento a las estructuras defensivas de los ‘oppidum’, carpetanos, enclaves defensivos en altura de raíz íbera que posteriormente, ya subyugados,  cumplieron una labor administrativa, civil y militar, como lugares de descanso y abastecimiento para los cargos prefectos del ejército romano.

Según Eusebio López, por la inscripciones de las lápidas legibles en latín, se deduce la “importancia de algunas familias de abolengo en la época alto-imperial que tuvieron presencia en Alhambra lo que después se corrobora con el hallazgo de monedas, más lápidas y calzadas romanas que vertebrarían el territorio comunicando el este peninsular con urbes de mayor importancia como Toletum o Consaburum.

Prosperidad y comercio romanos

La iglesia parroquial, del siglo XIII, podría tener en su base, un origen de templo romano, precisamente por la ubicación de aquellos togados de bulto redondo. Sus muros responden a la estética cromática de Alhambra con ese peculiar tono rojizo de sus sillares, como sucede en otras partes de la provincia de Ciudad Real (mismamente, Alcázar de San Juan). Es la piedra molíz o arenisca, muy apreciada para afilar según fuente latinas como Plinio, de la que se tiene constancia de su exportación directa a la mismísima ciudad de Roma.

Dos jóvenes de Alhambra caracterizadas con el vestuario patricio. Foto: Jesús Gómez
Dos vecinas de Alhambra caracterizadas con el vestuario romano como matrona patricia y esclava. Foto: Jesús Gómez

“No es extrañar que este templo romano hubiese estado consagrado a la divinidad de Mercurio, protector del comercio”, sentencia Eusebio.

Jornadas íbero-romanas

Aunque este año 2019, finalmente no se han podido llevar a cabo, sin duda, las jornadas ibero romanas son un importante reclamo histórico para la comarca.

Recreación de luchas gladiadoras en Alhambra. Imagen de Jesús Gómez
Recreación de luchas gladiadoras en Alhambra. Imagen de Jesús Gómez

Celebradas durante el primer fin de semana de agosto, recrean ritos de interesante valor cultural y antropológico como la incineración funeraria al estilo íbero promovidas desde la asociación Tierra Roja de Alhambra.

 

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