Dulce tradicional que acompaña las tardes de sobremesa en numerosos hogares españoles, las flores manchegas tienen asociado su consumo al final del invierno, con la llegada de las de las fiestas de Carnaval y también la propia Semana Santa.

Su aparente decoración, con forma florada, no pasa de ser puramente estética, aunque hay quien encuentra similitud icónica con la conocida Cruz de Calatrava, en referencia  a la Orden Militar tan presente en la la zona suroccidental de la provincia de Ciudad Real.

En realidad, las flores son muy sencillas de elaborar, con ingredientes también muy básicos (como sucede en muchos platos de la gastronomía manchega).

Contenidos

Ingredientes para elaborar flores manchegas

  • 1 huevo grande
  • 175 gr. de harina
  • Leche
  • Azúcar para rebozar
  • Aceite de girasol para freír
  • Canela y/o anís (opcional)

+ Aquí podemos ver el molde tradicional para freir las flores manchegas.

Molde para hacer flores manchegas

Forma parte del recetario popular manchego, habiendo pasado de generación en generación en los fogones.

Receta para elaborar flores manchegas

Para su preparación, seguimos los consejos del recetario generacional que ha pasado de padres a hijos por tradición oral:

“Por cada huevo que se usa para la receta se añade medio cascarón de
leche y un cucharada sopera colmada de harina. Se bate bien. Se pone el aceite de oliva al fuego y este debe cubrir el molde. Cuando está caliente el aceite, se moja el molde en la mezcla sin llegar a cubrir todo el molde para que al freírlas se desprendan del molde
Una vez fritas se sacan y se rebozan en una mezcla de azúcar y canela, o anís, dependiendo del gusto y paladar de cada uno.”

flores manchegas

Historia y tradición de este postre

Lo cierto es que el origen es tan difuso como extendida está su cocina. Las flores manchegas inundan las mesas de los más golosos en estas fechas. Una similitud muy curiosa nos hace situar el origen en La Mancha, ya que la propia forma nos recuerda propiamente a la misma Cruz de Calatrava, Orden militar que desarrollo su máximo apogeo durante los años de la Reconquista, en la Baja Edad Media en el tercio sur peninsular, concretamente en la provincia de Ciudad Real, donde establecieron su base de operaciones.

cruz-de-calatrava

Hoy, nada tiene que ver con el significado religioso, y mucho menos belicoso. Comparten protagonismo en las casas manchegas junto a las torrijas, o el pestiño durante el carnaval, haciendo más  llevadera los tiempos austeros de la Cuaresma. Hay quien incluso no duda en dotar a las flores manchegas de un pasado árabe, como gran parte de la gastronomía castellana, profundamente imbuida de los siglos de permanencia en la Península.

¿Con qué vino maridan las flores manchegas?

Su consumo se vuelve casi irresistible entre horas,  a media tarde para merendar, o incluso en la sobremesa con el café. Es ahí, donde un vino blanco moscatel encontrará (con sus toques flores de miel) su perfecta armonía.

Si eres de los que te gusta el cosquilleo suave y elegante del carbónico en tu paladar, un espumoso semiseco será el elegido.

¿En qué lugares puedes comprar los moldes de este dulce?

Si eres manchego o manchega, es muy posible que en casa ya tengas uno de estos moldes. Si no es así, existe un amplio abanico de establecimientos en los que puedes encontrar este curioso utensilio: ferreterías, bazares, tiendas especializadas en repostería, etc.

Para aquellos que no tengáis la oportunidad de vivir en este bonito lugar y queréis degustar este delicioso postre, ¡que no cunda el pánico! Los ingredientes se encuentran al alcance de todos, pero, ¿y el molde? Muy fácil: a golpe de click, decenas de tiendas online ofertan este molde floreado.

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